Juan 14:27
Les dejo la paz, les doy mi paz; pero no se las doy a ustedes como la
da el mundo. No se angustien ni tengan miedo.
¿Qué nos trae esta sociedad? ¿Felicidad? ¿Alegría transitoria? ¡Puede ser!
Pero efímera, fugaz, momentánea.
Realmente lo que nos trae es: angustias, miedos, tristezas, afanes,
temores.
Muchas veces estamos tranquilos
porque no tenemos necesidades básicas, o
por que pudimos obtener nuestros sustento diario, o porque vivimos en abundancia; pero aún no se ha terminado el día cuando ya
estamos angustiado por el mañana,
vivimos en un afán constante por obtener riquezas, bienes, estatus, poder,
éxitos y a la larga esto no nos trae la
paz auténtica, cuando la obtenemos nos damos cuenta que eso no es felicidad.
Nosotros como seres humanos
vivimos bajo presión en este mundo. Pero
Jesús nos dice que Él no da esa paz que tanto anhelamos, pero, “si queremos recibirla”. Y esa es la parte que más tristeza me da,
porque la paz que sobrepasa todo entendiendo está ahí disponible para ti y para
mí solo tenemos que aceptarla, pero sabés somos tan apáticos al Señor que
preferimos vivir en angustia y desesperación.
Mira, tu paz no te la va a dar un
buen trabajo, una buena pareja, las riquezas, una excelente carrera profesional,
incluso un buen hijo, la paz solo te la
puede dar Dios. Buscalo Él es el único que te da garantías de
obtener una paz verdadera.
Oremos:
Padre perdóneme porque Tú hablas a mi corazón,
escucho tu voz, y sigo siendo terco
porque hago caso omiso a tu Palabra, hoy quiero recibir esa paz que tú me
ofrecés en el nombre de Jesús. Amen y
amen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario