Hechos 9: 37-35
37. Mientras Pedro estaba en Lidá, ella se enfermó y murió.
38. Lavaron su cuerpo y la llevaron a una habitación de arriba.
40.
Pedro saco de la habitación a todos, se arrodillo y oró. Luego
volviéndose hacia el cuerpo de ella, le dijo: Tabita, ¡Levántate! Ella
abrió los ojos y cuando vio a Pedro se sentó.
No
solo Jesús tiene el poder para resucitar a los muertos, Dios te da a ti
y a mí el poder para hacerlo, solo reconociendo que Jesús es Él Señor. Si tú y yo,
en el nombre de Jesús podemos resucitar muertos. Entonces ¿Por qué no
podemos resucitar por lo menos nuestros sueños? ¿Por qué muchas veces
nuestros anhelos solo se quedan en sueños pudiendo ser una realidad para
tu vida y la mía?
No
renuncies a tus promesas, vivifica tus sueños en el nombre de Jesús y
permite que sea una realidad, recuerda Dios ya te dio su Espíritu, su
poder, entonces no te duermas esperando lo que ya es tuyo en el nombre
de Jesús.
Declara lo que ya es verdad y real, no tengas miedo, solo tienes que esforzarte
y ser valiente, porque Tu Dios está contigo todos los días de tu vida.
No te dejes amedrantar por tus pensamientos, por tus miedos porque Tú
Padre, ¡Sí! Tú Padre ya te dio la victoria, no permitas que la
adversidad te impida ver tus sueños hechos una realidad. Cree solo
cree.
Oremos:
Gracias
mi amado Padre, has hecho realidad mis sueños, porque hoy me has
puesto por testigo para mostrarles a las personas el camino de la
justicia y de tus enseñanzas. De igual modo, Señor me ayudarás
también a convocar a la tierra, y éstas acudirán presurosas; porque
muchas personas vendrán por todo lo que Tú Señor, Santo de Israel, has
hecho por nosotros, pues nos has mostrado Tú amor. Amén y Amén.
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