lunes, 9 de junio de 2014

TUS PROMESAS SON VERDAD



2da de Samuel 7:9-11

9.        He estado contigo donde quieras que has ido y destruí  a todos tus enemigos frente a tus propios ojos.  ¡Ahora haré que tu nombre sea tan famoso como el de los grandes que han vivido en la tierra!

10.      Le daré una patria a mi pueblo Israel y lo estableceré en un lugar seguro donde nunca será molestado.   Las naciones malvadas no lo oprimirán como lo hicieron en el pasado.

11.       Cuando designé jueces para que gobernaran a mi pueblo  Israel;  y te daré descanso de todos tus enemigos.  “Además, el Señor declara  que construirá una casa para ti, ¡una dinastía de reyes!

Dios no es hijo de hombre para mentir, ni hombre para arrepentirse.  Muchas veces estando en aflicción buscas la solución o la ayuda en seres humanos como tú y yo; encontrando ser ignorado por las personas que tú crees que pueden solucionar tu problema. Pero no es el hombre, es Dios mismo quien te va ayudar, porque la honra y la gloria no va a ser para el hombre sino para Dios Todopoderoso.

Cuando Dios determina hacer algo por ti, no hay obstáculos que lo impidan.  Él te protege en medio de las persecuciones que tengas.  El objetivo es que puedas vivir felizmente bajo la protección de Cristo.  Vas a tener la satisfacción de ver tus promesas cumplidas en el nombre de Jesús, ¡las disfrutarás, léelo bien, las disfrutarás, ahora guárdalo  en tu corazón, las disfrutarás; aunque estés viendo que tus enemigos sean una verdadera aflicción a tu vida, las disfrutarás!  

Porque todas las promesas de Dios son en El sí y en El amén.

Oración:

¡Qué grande eres, Señor! No hay nadie como tú.  Nunca he oído de otro Dios como tú.  Realizas imponentes milagros  y ahora oh Señor  Dios, yo soy tu hija(o); haz lo que me prometiste a mí y a mi familia.  Confírmamelo Señor te lo pido en el Nombre de Jesús. Hoy te doy gracias porque hablaste a mi corazón y me revelaste que construirás una casa  para mí, ¡una dinastía de reyes!  Creo,  mi Dios Soberano porque  tus Palabras son verdad y me lo has prometido.  Ahora que mis caminos no se aparten de ti jamás, en el nombre de Jesús.  Amén.

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