martes, 10 de junio de 2014

ACEPTEMOS LA INVITACION



Isaías 55: 1-5
1.                  ¡Oigan! ¿Alguien tiene sed? ¡Que venga y beba aunque no tenga dinero! ¡Vengan, elijan el vino y la leche que les guste: todo es gratis!

2.                 ¿Por qué gastar dinero en alimento que no nutre? ¿por qué pagar por víveres que no aprovechan?  Escuchen y les diré dónde obtener  buen alimento que fortalece el alma.


3.                 Acudan a mí,  y presten atención.  Escuchen, porque  está en juego su vida.  Dispuesto estoy  a firmar un pacto permanente con ustedes: hacer las promesas  que le hice a David, mi rey amado.

 
Él dice: ¡Oigan! está hablando con todos nosotros, después dice vengan y beban, nos  invita a todos, el Señor no hace acepción de personas, somos nosotros los que no queremos aceptar su invitación. Pero  ¿Por qué no queremos aceptar su invitación?  Simplemente porque nos llena, nos satisface lo que encontramos en nuestra vida diaria,  porque no queremos reconocer la necesidad de Dios, porque creemos que todo ha sido por nuestros propios méritos.

¿A dónde nos invita? Nos invita a tener una comunicación con Cristo porque solo en Él encontramos salvación, satisfacción, deleite, complacencia, bienestar; además,  es gratis. En Jesús encontramos todas las soluciones a nuestras necesidades físicas y del alma.

Hay cosas que no se pueden comprar con todo el dinero del mundo, y esas,  son las cosas que realmente nos llenan; cuando estamos atravesando por una situación difícil, en medio de ella encontramos paz y la certeza que pronto habrá una solución, ¡Sabes! no se compra con nada, es gratis.

Muchas veces anhelamos tranquilidad, paz, respuestas y no la hallamos, no sabemos cómo obtenerla; “si acudimos al Señor Jesús y aceptamos su invitación Él está en toda la disposición que quede en firme,  por siempre sus promesas en nuestras vidas, solo tenemos que aceptar  la invitación y las obtendremos.  Es gratis,  es gratis.



Oremos:

Padre Celestial, necesito que me perdones,  hoy acepto tu invitación, lléname de tu alimento que satisface mi alma y que me quita toda angustia, amargura  y tristeza;  pongo en tus manos mis necesidades, ayúdame te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén 

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