domingo, 2 de marzo de 2014

ERES SOPLO DEL ESPÍRITU SANTO



HECHOS 28: 24-27
24.    Unos aceptaron lo que él decía, pero otros no.
25.   Como no pudieron ponerse de acuerdo entre ellos, comenzaron a irse.  Entonces Pablo finalmente les dijo: “El Espíritu Santo tenía razón cuando les habló a sus antepasados por medio del profeta Isaías y les dijo:
26.   Ve a este pueblo y dile: Por más que ustedes oigan,  no entenderán; por más que ustedes miren, no verán.      
27.   Porque el corazón de este pueblo se ha endurecido; se le han tapado los oídos, y se le han cerrado los ojos.  Si así no fuera, podrían ver con los ojos y oír con los oídos, entender con el corazón  y volverse a Mí para que yo los sane.  

Esta porción bíblica es un discurso del apóstol Pablo;  él fue transformado por Él Espíritu de Dios, fue sensible a su voz, precisa que Él Espíritu de Dios habló. ¡Dios nos habla!

Espíritu de Dios viene del griego PNEÚMA que significa corriente de aire, respiración, soplo, respirar, viento.

El Espíritu Santo es el principio vital de tu vida.  Sin Él es imposible vivir, porque es  Él  quien da el soplo de vida.   Entonces ¿Cómo tienes la capacidad de ignorarlo?, ¿Cómo eres tan indiferentes a su voz?, ¿Cómo eres tan ciegos para  no  ver sus grande maravillas y sus grandes bendiciones?  Sabes a Él le plació darte vida y vida en abundancia, si es por Él que respiras, si es por Él que hoy eres lo que eres.  Graba en tu mente y en tu corazón que no son tus méritos,  es el amor de Dios.

Sabes somos insensatos porque le debemos todo, le debemos absolutamente todo a Dios y el mayor regalo que le damos  es  ignorarlo, ignorarlo por completo, somos insensibles a su amor.

No sigas muerto en vida, permite que su Espíritu abra tus ojos,  tus oídos, limpie  tu corazón y sane todas tus heridas en el Nombre de Jesús.

Oremos:

Espíritu Santo de Dios, perdóname, porque Tú dices en Tú Palabra que todo lo que respire alabe al Señor;  Padre, no lo estoy haciendo,  te busco solo cuando te necesito, sabiendo que por Ti es que respiro, por Ti es que vivo. Paso días y días  ocupado en mis afanes, que simplemente te ignoro por completo.  Padre;  Quita mi ceguera,  abre mis oídos, mis ojos  y  sana todas las heridas que tengo en  mi corazón en el nombre de Jesús.  Amén y Amén.

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