HECHOS 28: 24-27
24. Unos
aceptaron lo que él decía, pero otros no.
25.
Como no pudieron ponerse de acuerdo entre ellos, comenzaron a irse. Entonces Pablo finalmente les dijo: “El
Espíritu Santo tenía razón cuando les habló a sus antepasados por medio del
profeta Isaías y les dijo:
26.
Ve a este pueblo y dile: Por más que ustedes oigan, no entenderán; por más que ustedes miren, no
verán.
27.
Porque el corazón de este pueblo se ha endurecido; se le han tapado los
oídos, y se le han cerrado los ojos. Si
así no fuera, podrían ver con los ojos y oír con los oídos, entender con el
corazón y volverse a Mí para que yo los
sane.
Esta porción
bíblica es un discurso del apóstol Pablo;
él fue transformado por Él Espíritu de Dios, fue sensible a su voz,
precisa que Él Espíritu de Dios habló. ¡Dios nos habla!
Espíritu de
Dios viene del griego PNEÚMA que
significa corriente de aire, respiración, soplo, respirar, viento.
El Espíritu
Santo es el principio vital de tu vida.
Sin Él es imposible vivir, porque es Él quien
da el soplo de vida. Entonces ¿Cómo tienes
la capacidad de ignorarlo?, ¿Cómo eres tan indiferentes a su voz?, ¿Cómo eres
tan ciegos para no ver sus grande maravillas y sus grandes
bendiciones? Sabes a Él le plació darte
vida y vida en abundancia, si es por Él que respiras, si es por Él que hoy eres
lo que eres. Graba en tu mente y en tu corazón
que no son tus méritos, es el amor de
Dios.
Sabes somos
insensatos porque le debemos todo, le debemos absolutamente todo a Dios y el
mayor regalo que le damos es ignorarlo, ignorarlo por completo, somos
insensibles a su amor.
No sigas
muerto en vida, permite que su Espíritu abra tus ojos, tus oídos, limpie tu corazón y sane todas tus heridas en el
Nombre de Jesús.
Oremos:
Espíritu Santo
de Dios, perdóname, porque Tú dices en Tú Palabra que todo lo que respire alabe
al Señor; Padre, no lo estoy haciendo, te busco solo cuando te necesito, sabiendo que
por Ti es que respiro, por Ti es que vivo. Paso días y días ocupado en mis afanes, que simplemente te ignoro
por completo. Padre; Quita mi ceguera, abre mis oídos, mis ojos y sana
todas las heridas que tengo en mi
corazón en el nombre de Jesús. Amén y Amén.
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