ISAÍAS 44:1-5
1 Escúchame,
siervo mío Israel, mi elegido:
2
Oh siervo mío, el Señor quien te hizo, quien te ayudará, dice: “No
temas, oh Jerusalén, mis elegidos, no teman.
3
Yo haré que corra agua en el desierto y que brote arroyos en la tierra
seca. A tus descendientes les daré vida
nueva y les enviare mi bendición.
4
Ellos crecerán como hierva bien regada, y como arboles a la orilla del
rio.
El hecho de
creer y amar a Dios sobre todas las cosas, somos dichosos, porque es Dios
diciendo que derramará sus grandes
bendiciones que tiene reservadas para ti y tus generaciones venideras.
A pesar de tu poca relación con Dios, Él
quiere, anhela ser tu amigo, quiere mostrarte su misericordia, su gracia y su
gloria. Él dice que tú eres su creación,
su elegido (a), que te ayudará, y te
guardará en especial protección. Él es
tu Hacedor, Él que te formó por tanto te ayudará, no temas, Él lo dice en su
Palabra y Él la cumplirá.
Si eres consciente
de que tienes necesidad de Dios, tendrás abundantes satisfacciones, habrá seguridad para ti y tus hijos, en medio
de la tierra seca podrás encontrar agua para beber, es decir, que en medio de la necesidad serás
regado con la abundante gracia de Dios, que no te va abandonar, que siempre habrá una
solución al conflicto. Las bendiciones son
un pacto que Dios ya hizo y las cumplirá.
Tú eres importante para Él y quiere lo mejor para ti. Búscalo.
Oremos:
Padre
Amado, en medio del desierto, tu puedes
darnos de beber, dame de beber de tu manantial, necesito más de ti, Señor yo creo y confío en ti, sé que abrirás
las puertas de los cielos, y harás llover tus grandes bendiciones hasta que
sobreabunde en el nombre de Jesús. Amén.
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