LUCAS 8: 45-48
45.
Jesús preguntó: ¿Quién me toco?
Como todos negaban haberlo tocado,
Pedro le dijo. Maestro, es mucha
la gente que te aprieta y empuja.
46. Jesús respondió: Pero alguien me ha
tocado; lo sé porque de Mí ha salido poder.
47.
La mujer al verse descubierta, fue temblando y se arrojó a los pies de
Jesús. Y allí, frente a toda la gente,
le conto por qué lo había tocado y como en ese mismo momento había quedado
sana.
48.
Le dijo Jesús: Hija tu fe te ha sanado.
Vete tranquila.
Muchos
rodeamos a Jesús, le oramos pero
no tenemos el suficiente acercamiento,
y la suficiente confianza para ver su verdadero poder, por eso no vemos
cambios, ni mejora nuestra vida porque limitamos su grandeza y su gran voluntad.
No tenemos
la suficiente intimidad con Dios para
recibir un milagro, busca la manera de
acercarte a Jesús, a tener una amistad verdadera con Él y veras los
resultados. Dios puede hacer tu milagro
en un instante, es decir el milagro depende de tu fe, no permitas que tarde
más. Llénate de seguridad y recibe tu milagro en el nombre de Jesús.
Oremos.
Señor,
necesito un milagro, así como resucitaste a la hija de Jairo, así
como sanaste a la mujer con flujo de sangre, así como multiplicaste los peces,
así como alimentaste a la multitud, así como calmaste la tormenta, así realiza
un milagro en mí vida, lo anhelo con todo mi corazón; sé que solo Tú puedes hacerlo realidad porque Tú
eres el mismo de ayer, de hoy y el de siempre por siempre. Te pido Padre, has un milagro. Mi Dios escúchame, que mi oración llegue a
ti, tanto que abras las puertas de los
cielos y se haga realidad mi milagro. En el nombre que es sobre todo nombre. Amén.
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