JOB 2:12-13
12.
Job estaba tan cambiado que casi no lo reconocieron. Sus amigos rompieron a llorar, rasgaron su
ropa, lanzaron polvo al aire y se echaron tierra en la cabeza en señal de
dolor.
13.
Luego se sentaron silenciosos en el suelo junto a Job durante siete días
y siete noches, y ninguno dijo nada; comprendían que su aflicción era tal que
no había lugar a palabras.
En la cultura
judía, las personas que llega a consolar
a alguien, no habla sino hasta que esa persona hable. La preocupación de los amigos de Job era
verdadera, y se lo hace saber comportándose de la mejor manera.
Las
facciones de una persona cambian cuando está en aflicción, pero no por eso usted
debe alejarse, es la forma de demostrar
su amistad al compartir con él su dolor.
No se aparte, permanezca cerca del que lo necesite.
La mejor
respuesta hacia el sufrimiento de una persona es el silencio. Por mucho que quieras decir, nada va a
consolar, solo necesita tu compañía. Sea sensible
en la forma que consuela. Recuerda
que cuando hables tus palabras sean mejor
que el silencio, la prudencia hace verdaderos sabios. Calla el tiempo
que sea necesario.
Oremos:
Padre
ayúdame a ser un verdadero amigo, a callar el tiempo que sea necesario, a estar
presente y poder consolar en el tiempo oportuno. Padre consolador calma las almas de todas aquellas personas que hoy necesitan de
tu refugio, de tu amor, de tu paz en el nombre de Jesús. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario